Me
llamo Lucía Díaz Sosa. Nací en Mérida, Yucatán, México. De muy chica mi padre
nos dio varios libros, entre ellos El Quijote de la Mancha. Mi infancia
fué bonita, me subía a los árboles con mi primo y mi hermano a bajar frutas;
mangos, tamarindos y guayabas que comíamos con sal y chile, aunque después nos
fuera difícil comer por lo destemplado de los dientes.
A los 8 años llegué al D.F., fué muy diferente, ya que en lugar
de una casa con jardín y huerto vivíamos en una vecindad. Después de varios
meses nació mi hermana, la cual me entregó mi papá pues mi mamá se quedó en el
hospital. Fui como madre de mi hermana durante 2 años. Después seguí estudiando
para secretaria quería aprender varios idiomas pero no pude. Empecé a
trabajar antes de cumplir quince años.
Siempre me ha gustado leer creo que es lo que más disfruto a parte de tejer y
bordar. Tuve 8 hijos de los cuales me viven 6. No tengo dinero pero siempre he
dicho que soy millonaria en amor y atención de mis hijos que ahora ellos se han
hecho cargo de mi.
Me gustan los libros de los ángeles pero también he leído Los caballeros de
Troya, todas las novelas de Agatha Christie, Ángeles y demonios, Los
olvidados, Los miserables, Shakespeare, y muchos otros autores. Conozco el
mundo por medio de la lectura pues vivo lo que leo.
Ahora tengo ochenta y dos años, creo haber aprovechado el tiempo pues he
aprendido varias cosas como talla en madera, pintura, oleo, acuarela,
porcelana. Tuve el gusto de hacer para mi casa un vitral de 1.80 por 1.40
metros de la cual estoy muy orgullosa, todo gracias a los talleres del
inapam.
Pienso que cuando tenga dificultades de caminar puedo seguir viajando con mis
libros. Doy gracias a Dios por todo lo que no tengo, y si no lo tengo es porque
no me convenía.
Espero ver mucho la paz del mundo y que termine la violencia. Viajar sería mi
más grande satisfacción.
Lucía Díaz Sosa
Taller autobiográfico FIL Zócalo