domingo, 28 de abril de 2013

Ciudad o selva de los amantes.



Hoy lo recuerdo... ladrón sin selva.

Recuerdo como nos escondemos entre la maleza de la gente,
Y nos camuflagearmos como camaleones intentando disipar al enemigo entre la selva de los motores,
los rascacielos y las melodías perturbadoras
                    que los acompañan.

Nos escondemos para después perdernos y
esfumarnos cual humo de escape
                     en una tarde nublada
para hacernos mendigos y que nadie nos diga nada
cuando al besar las lenguas amedrentadas llenas
                      de salivas deseosas
por la orilla se vayan sin arrogancia,
ya vemos a los escarabajos dejando los corazones en la jaula,
a las lombrices puliendo las escamas,
pero en ese instante solo nuestro interior importa,
ausente del vecino, 
de la comadre de bautizo,
del conductor que parece simio, 
del traga fuegos sin permiso,
de la novia con vestido blanco, 
hacemos caso omiso
el reloj que no marca nada vive bajo el sueño de la llama.

para correr debajo del árbol caído
y cubrirnos con lianas los cuerpos,
por la espalda se suda agua salada,
por el cuello se esconden rumores de serpiente
y cerca,
muy cerca del oído se escucha una estampida de búfalos...

La Coruña