Hoy lo recuerdo... ladrón sin selva.
Recuerdo como nos escondemos entre la maleza de la
gente,
Y nos camuflagearmos como camaleones intentando
disipar al enemigo entre la selva de los motores,
los rascacielos y las melodías perturbadoras
que los acompañan.
Nos escondemos para después perdernos y
esfumarnos cual humo de escape
en una tarde nublada
para hacernos mendigos y que nadie nos diga nada
cuando al besar las lenguas amedrentadas llenas
de salivas deseosas
por la orilla se vayan sin arrogancia,
ya vemos a los escarabajos dejando los corazones en
la jaula,
a las lombrices puliendo las escamas,
pero en ese instante solo nuestro interior importa,
ausente del vecino,
de la comadre de bautizo,
del conductor que parece simio,
del traga fuegos sin
permiso,
de la novia con vestido blanco,
hacemos caso omiso
el reloj que no marca nada vive bajo el sueño de la
llama.
para correr debajo del árbol caído
y cubrirnos con lianas los cuerpos,
por la espalda se suda agua salada,
por el cuello se esconden rumores de serpiente
y cerca,
muy cerca del oído se escucha una estampida de
búfalos...
La Coruña